Cuando llega el otoño y nos adentramos en el invierno, hasta dar paso a la primavera, siempre se escuchan los mismos cantos de sirena en los medios de comunicación: 'hay que desestacionalizar nuestro turismo'. Y yo me pregunto, ¿esta gente que lo dice estará viviendo en Canarias, no? ... porque no se enteran de la fiesta!!
A no ser que venga un cambio climático repentino, en Cantabria los meses de 'turisteo' no dejaran de ser los de siempre, esto es, desde el mes de abril hasta el mes de septiembre ( y teniendo mucha suerte). El tiempo se tuerce desde noviembre hasta marzo-abril y los turistas quieren buen tiempo para poder disfrutar del entorno natural de interior y costero. La playa está 'cerrada por vacaciones'. Y esto no es posible.
Cantabria es fría y desapacible en incontables días otoñales-invernales y los pueblos se convierten en lugares tremendamente duros para pasar unos días de vacaciones. Si el turista busca actividades de aventura, se pueden salvar los muebles porque de lo contrario escogerá otras regiones españolas en donde espera un clima mucho más 'dulce'.
Dejémonos de tonterías y digamos la gran verdad: Cantabria es para el verano, el turismo rural no es para el invierno (salvo que uno quiera pasar un romántico fin de semana encerrado en un alojamiento rural disfrutando a pie de chimenea). Solamente contamos con la alternativa de pernoctar en Santander al ser un lugar que cuenta con recursos atractivos para paliar el mal tiempo.
Sí amigos, para los empresarios hosteleros, para los autónomos que regentan un pequeño alojamiento rural en Cantabria, no merece la pena abrir en estos difíciles meses ya que 'lo comido por lo servido'. Y menos en tiempos de crisis en el que los clientes piden 'duros a peseta'. Efectivamente, lo remarco nuevamente, no merece la pena abrir. Aunque mi oponión podría dar un giro de 180 grados si tuviéramos algo de apoyo institucional, se han olvidado de la promoción turística y de pequeñas ayudas desde hace ya mucho tiempo.
Recursos turísticos de Cantabria: Museo Marítimo del Cantábrico en Santander
Resumiendo, se vuelve a tropezar en la misma piedra al afirmar que hay que trabajar para desestacionalizar el turismo en Cantabria. Tanto nos hemos tropezado, y en el mismo sitio, que hay un profundo agujero...agujero de mentes pensantes que apuesten definitivamente por un sector turístico, el rural, que perfectamente puede convivir con la hostelería tradicional y beneficiarse mutuamente. Hay lugar para todos, hay turistas para todo.
Asturias, Navarra, Vizcaya y alguna que otra más, nos han sobrepasado y el turismo rural se ha convertido en una pieza fundamental de su riqueza. Cantabria debería de hacer lo mismo ahora que puede porque de lo contrario esta pequeña distancia puede convertirse en insalvable e irreversible. Aunemos esfuerzos y vendamos nuestra región de forma inteligente porque recursos turísticos de primer nivel los hay, infraestructura la hay, ganas de trabajar las hay!!
Como punto final a esta pequeñas reflexión, decir que la unificación de categorías en el sector del turismo rural en España es de vital importancia. Hay que establecer un sistema de puntuación similar al establecido en los hoteles mediante sus estrellas. Así, el turista nacional e internacional no saldrá confundido y sabrá a qué atenerse.
